Buenas prácticas de trabajo para el manejo e
insensibilización de animales
(Actualizado
al 1o de julio de 1999)
Por
Temple Grandin, Ph.D.
Depto.
de Ciencia Animal
Colorado State University
Fort Collins, CO 80523, EE.UU.
(Traducción del Dr. Marcos Giménez Zapiola)
Estas pautas son un
complemento de la Guía de manejo animal
para plantas de faena (Grandin 1991a). Más que en indicar diseños de
equipamiento o prácticas de manejo, estas recomendaciones ponen su mayor
énfasis en el uso de estándares objetivos para medir los resultados del manejo
sobre el bienestar animal. Se describirán procedimientos de medición para
evaluar dicho bienestar, así como recomendaciones para contribuir a mejorarlo.
Los procedimientos de medición propuestos son lo suficientemente simples para
ser fácilmente aplicados en condiciones normales de trabajo, y deberían ser
repetidos por lo menos una vez por semana. Las mediciones deberían ser tomadas
tanto al comienzo como al final de cada turno de trabajo, para determinar el
efecto de la fatiga de los empleados.
Si el puntaje queda por
debajo del nivel aceptable según esta guía, la gerencia de la planta de faena
debería adoptar medidas para corregir el problema. Los resultados de la
Encuesta de 1996 sobre manejo e insensibilización en plantas de faena de
bovinos, porcinos y ovinos bajo inspección federal (Grandin 1997), demostraron
que los niveles mínimos aceptables propuestos en esta guía pueden ser
alcanzados fácilmente a un costo mínimo.
Se deben obtener mediciones
objetivas en las siguientes áreas, que son puntos críticos de control para el
bienestar animal:
1.Porcentaje de porcinos y
ovinos en los que el insensibilizador eléctrico se colocó en posición
incorrecta.
2. Porcentaje de bovinos que
debieron recibir más de un disparo del insensibilizador de perno retráctil.
3. Porcentaje de animales
con sensibilidad total o parcial en el gancho de desangrado.
4. Porcentaje de animales
que resbalaron o cayeron al piso.
5. Porcentaje de bovinos que
vocalizaron en el área de la manga de insensibilización, que incluye el cajón
de insensibilización o noqueo, la manga inmovilizadora que conduce al mismo, y el corral de encierro
previo.
6. Porcentaje de porcinos
que vocalizaron en el cajón de insensibilización o manga transportadora
inmovilizadora.
7. Porcentaje de animales
picaneados con una picana eléctrica.
8. Procedimientos con
animales caídos (no ambulatorios). Es necesario desarrollar procedimientos de
medición en este punto crítico de control.
Los porcentajes mínimos
aceptables fueron determinados por la autora sobre la base de más de veinte
años de experiencia práctica en más de un centenar de plantas de faena de
EE.UU. Un mal desempeño en cualquiera de los puntos críticos de control
antedichos tiene como resultado una reducción en el bienestar animal. Esta guía
también contiene criterios acerca del equipo de insensibilización, y recomendaciones
que permitirán a las plantas de faena obtener puntajes aceptables respecto del
bienestar animal. Se analizarán además otras áreas de interés para el
bienestar, como la matanza ritual y el manejo de animales caídos.
LA
INSENSIBILIZACION
Especificaciones
para la insensibilización eléctrica. El equipo para la
insensibilización eléctrica debe funcionar dentro de parámetros eléctricos que
han sido verificados, mediante la investigación científica, en cuanto a que
inducen instantáneamente la insensibilidad. Se ha demostrado científicamente
que un insensibilizador eléctrico debe tener suficiente amperaje para inducir
un ataque epileptiforme que asegure que el animal quede instantáneamente
insensibilizado. Un amperaje insuficiente puede hacer que el animal quede
paralizado sin perder la sensibilidad.
PORCINOS. Para porcinos
de peso de faena, se requiere un mínimo de 1,25 amp (Hoenderken 1982, Gregory
1988). Para ovinos, se necesita un mínimo de 1 amp (Gregory y Wotton 1984,
Gilbert et al 1991). Estos amperajes deben mantenerse durante un segundo para
inducir una insensibilidad instantánea. El Consejo de Europa (1991) recomienda
estos amperajes mínimos. Debe haber suficiente voltaje para transmitir el
amperaje mínimo recomendado. Para asegurar la insensibilidad de los porcinos,
el voltaje mínimo recomendado es 250 voltios (Troeger y Woltersdorf 1989). Las
investigaciones han demostrado también que una frecuencia eléctrica demasiado
alta fallará en inducir la insensibilidad. Warrington (1974) encontró que las
frecuencias de 50 ciclos eran las más efectivas para inducir la insensibilidad.
Frecuencias de 2000 a 3000 hz fallan en la producción de la insensibilidad
instantánea, y pueden provocar dolor (Croft 1952, van der Wal 1978). No
obstante, en cerdos pequeños, de menos de 80 kg de peso, Anil y McKinstry
(1994) descubrieron que las ondas de alta frecuencia sinuosas (1592 hz) o
rectas (1642 hz), aplicadas en la cabeza con 800 ma (0,80 amp) inducían un
ataque e insensibilidad. Una desventaja es que los cerdos recuperaban la
sensibilidad más rápidamente que cuando se usaba un insensibilizador de 50-60
ciclos. Los cerdos de este experimento pesaban un tercio menos que el promedio
de los cerdos para faena en EE.UU., y esto quizás explique por qué los
amperajes más bajos fueron efectivos.
Algunas plantas
insensibilizan a los animales con amperajes inferiores a los mínimos
recomendados por el Consejo de Europa, con el fin de reducir los coágulos en la
carne. No se debería permitir insensibilizar a porcinos de peso adecuado para
faena con menos de 1,25 amp (Hoenderden 1982, Grandin 1994a), a menos que se
comprueben parámetros eléctricos distintos mediante registros eléctricos o de
neurotransmisores cerebrales.
Dado que sólo se requiere
una segunda aplicación de 1,25 amp para inducir la insensibilidad instantánea
en cerdos de peso adecuado para faena, es opinión de la autora que se debería
permitir que las plantas usaran circuitos que bajaran el amperaje del segundo
golpe a 1,25 amp para porcinos y 1 amp para ovinos. Se debería alentar a las
plantas a usar circuitos electrónicos de amperaje constante, que previenen
saltos en el mismo. Tanto la experiencia práctica como la investigación han
demostrado que este tipo de circuitos reduce notablemente las hemorragias
petequiales (coágulos sanguíneos) (Grandin 1985, Brackmore y Peterson 1981).
Dado que los porcinos son
faenados a mayores pesos en EE.UU. que en Europa, el insensibilizador eléctrico
debe aplicar el amperaje mínimo recomendado por el Consejo de Europa (1991)
para asegurar una insensibilización instantánea. En la opinión de la autora, en
EE.UU. no se debería permitir el uso de insensibilizadores de alta frecuencia
hasta tanto se realicen investigaciones que comprueben que inducen un ataque
epileptiforme inmediato en cerdos de más peso. En el experimento de Anil y
McKinstry (1994), los porcinos fueron insensibilizados con un aplicador en la
cabeza. Nunca se ha comprobado que la insensibilización de alta frecuencia
tenga efecto instantáneo cuando se utilizan electrodos en la cabeza y en el
cuerpo para inducir un paro cardíaco, como los que se usan en casi todas las
grandes plantas de faena de EE.UU. No obstante, las plantas de cerdos deberían
ser autorizadas en la actualidad a emplear frecuencias de ciclaje más altas, siempre
que el choque inicial tenga un mínimo de 1,25 amp, con 50 a 60 hz, durante al
menos un segundo.
Actualización
sobre la insensibilización eléctrica de porcinos (al 1o de julio de
1999)
La insensibilización eléctrica de alta frecuencia es efectiva cuando se aplica en la cabeza una corriente de 800 hz con 1,3 amp, y una segunda corriente de 50 a 60 hz en el pecho, para inducir un paro cardíaco (Berghaus y Troeger, 1998). Es una insensibilización en dos etapas, con una primera corriente de alta frecuencia aplicada en la cabeza, seguida de una segunda, aplicada en el pecho. La alta frecuencia no debe ser utilizada con una sola aplicación que afecte al mismo tiempo la cabeza y el cuerpo. Las frecuencias más altas que los 50 a 60 hz no sirven para inducir el paro cardíaco. La insensibilización de alta frecuencia aplicada en la cabeza debe ser seguida de otro choque para obtener el paro cardíaco, a fin de prevenir que haya un exceso de patadas, que son peligrosas y deterioran la calidad de la carne. La insensibilización de porcinos en dos etapas se puede efectuar con equipos manuales o automáticos. No se deben usar frecuencias superiores a 1642 hz.
BOVINOS. A diferencia
de los porcinos y ovinos, la insensibilización eléctrica del ganado bovino
requiere una aplicación en dos etapas. Debido al gran tamaño de los animales,
se debe aplicar un primer choque a través de la cabeza para dejarlo insensible,
y un segundo choque de la cabeza al cuerpo para producir el paro cardíaco
(Gregory 1993). Una única corriente de 400 voltios y 1,5 amp, pasada del cuello
al pecho, no alcanza para inducir cambios de tipo epileptiforme en el cerebro
(Cook et al 1991). Para asegurar que los electrodos mantengan contacto firme
con la cabeza del bovino durante el choque, ésta deberá ser inmovilizada
mediante un aparato mecánico. El Consejo de Europa requiere la aplicación de un
mínimo de 2,5 amp a través de la cabeza para inducir una reacción epileptoide
inmediata en el electro-encefalograma del ganado mayor. Se debería usar una
frecuencia de 50 a 60 hz, a menos que se verifiquen frecuencias más altas
mediante mediciones cerebrales eléctricas o de neurotransmisores. Se deberá
limpiar frecuentemente los electrodos para asegurar una buena conexión
eléctrica. La rutina mínima de limpieza es una vez por día. Para mayor
seguridad, se deben desconectar los electrodos de la fuente de energía antes de
limpiarlos.
Los parámetros eléctricos
apropiados para la insensibilización por paro cardíaco no pueden ser
determinados a través de signos clínicos, porque el paro cardíaco enmascara las
señales del ataque epileptoide. Se requiere la medición de funciones cerebrales
para verificar cualquier parámetro eléctrico nuevo que se pueda utilizar en el
futuro.
1.
INSENSIBILIZACION ELÉCTRICA
(en plantas grandes, medir
al menos 100 animales)
Niveles de rendimiento para
asegurar el bienestar animal:
Excelente: 99,5 a 100%
de ubicación correcta de electrodos
Aceptable: 99 a 99,4% de
ubicación correcta
No Aceptable: 95 a 98% de
ubicación correcta, o hasta 4% de porcinos que vocalizan debido a que los electrodos son conectados antes de
estar firmemente colocados
Problema Grave: menos del 95%
de ubicación correcta, o más de 4% de vocalización en respuesta a la colocación de los electrodos
Si sólo se aplica corriente
en la cabeza, los electrodos deben ser ubicados de manera que la corriente
atraviese el cerebro (Croft 1952, Warrington 1974). Los electrodos pueden ser
colocados a ambos lados de la cabeza, o uno arriba y otro abajo de la cabeza.
Otra ubicación verificada científicamente para la insensibilización aplicada
solamente en la cabeza es con un electrodo bajo la mandíbula y el otro a un
lado del cuello, detrás de la oreja. Para insensibilizar porcinos mediante el
paro cardíaco, un electrodo debe ser colocado en la cabeza, y el otro, el
cualquier parte del cuerpo, pues así se inducirá el paro. El electrodo de la
cabeza puede ser puesto en la frente, al costado o arriba de la cabeza, bajo la
mandíbula, o en el hueco detrás de las orejas. Nunca se lo deberá colocar en el
cuello, pues de esta manera la corriente no atravesaría el cerebro, ni tampoco
en partes sensibles, como el interior de los oídos, los ojos o el recto.
2.
PERNO RETRÁCTIL. CRITERIOS DE EFICACIA EN LA INSENSIBILIZACION
(en grandes plantas, medir
al menos 100 animales)
Niveles de rendimiento para
asegurar el bienestar animal:
Excelente: 99 a 100% de
animales insensibilizados instantáneamente con un disparo
Aceptable: 95 a 98% de
animales insensibilizados instantáneamente con un disparo
Problema Grave: menos de 90%
de animales insensibilizados instantáneamente con un disparo. Si la eficacia
del primer disparo cae por debajo del 95%, se deben tomar medidas inmediatas
para mejorar el porcentaje.
La Encuesta indicó que la
causa más frecuente de baja eficacia en la insensibilización mediante el perno
retráctil fue el mal mantenimiento de la pistola. Esta debe ser limpiada y
mantenida de acuerdo con las especificaciones de fábrica, para mantener el
máximo poder de impacto e impedir que se dispare sola o que no tenga fuerza
suficiente. Cada planta debería elaborar un sistema verificable de
mantenimiento para sus equipos de insensibilización de perno retráctil. Otra
causa importante de fallas en el primer disparo es el mal diseño ergonómico de
los equipos de aire comprimido muy voluminosos. A veces, se puede mejorar la
ergonomía mediante el uso de una manija con extensión y de buenos contrapesos.
Los métodos desagradables de inmovilización que hagan que el 3% o más de los
animales vocalicen no deberán ser usados como sustituto de mejoras ergonómicas
en la pistola. Jamás se deberá utilizar la inmovilización eléctrica como método
para sujetar animales despiertos antes o durante la insensibilización. Varios
estudios científicos han demostrado que esto es altamente desagradable (Lambooy
1985, Pascoe 1986, Grandin et al 1986, Rushen 1986). La medición de la
vocalización es imposible en animales inmovilizados eléctricamente, porque quedan
paralizados y no pueden emitir sonidos. La inmovilización eléctrica no debe ser
confundida con la insensibilización eléctrica. Si se la realiza correctamente,
ésta última hace pasar una corriente de alto amperaje a través del cerebro, que
induce una insensibilidad instantánea. La inmovilización eléctrica sujeta a un
animal despierto paralizando sus músculos, pero no induce cambios epileptoides
en el electro-encefalograma (Lambooy 1985).
Una tercera causa de fallas
en los disparos de perno retráctil es la sobrecarga laboral o la fatiga del
operario. La medición al final de cada turno de trabajo permitirá detectar este
problema. En algunas plantas grandes, será necesario trabajar con dos
operadores de la pistola, o bien rotarlos frecuentemente.
Intervalo
entre la insensibilización y el desangrado
Insensibilización por perno
retráctil:
El lapso entre su aplicación
y el desangrado no necesita ser medido por razones de bienestar animal, a menos
que se trate del perno no-penetrante. Se necesitarían estudios adicionales para
determinar el intervalo recomendable para este tipo de pernos. Todas las
plantas encuestadas utilizaban pernos penetrantes.
Insensibilización por choque
eléctrico/paro cardíaco:
El intervalo máximo es de 60
segundos. Todas las grandes plantas de faena ya están por debajo del mismo.
Insensibilización eléctrica
reversible, sólo en la cabeza:
Se recomienda enfáticamente
un intervalo de 15 segundos (Blackmore y Newhook 1981), con un máximo de 30
segundos (Hoenderken 1983). La investigación científica demuestra claramente
que los porcinos comenzarán a recobrar la sensibilidad a los 30 segundos de
haber sido insensibilizados mediante la aplicación de corriente sólo en la
cabeza.
3.
INSENSIBILIDAD EN EL RIEL DE DESANGRADO
(En grandes plantas, medir al
menos 100 animales)
Niveles de rendimiento para
asegurar el bienestar (animales
insensibilizados que pueden exhibir sensibilidad parcial):
Excelente: bovinos, menos de 1 por 1000; porcinos,
menos de 1 por 2000
Aceptable: bovinos,
menos de 1 por 500; porcinos, menos de 1 por 1000
La insensibilidad deberá ser
controlada tanto al comienzo como al final de cada turno laboral. Los
siguientes síntomas son indicadores de una posible recuperación de la
sensibilidad, y se deberá aplicar inmediatamente un disparo de perno retráctil a los
animales que exhiban uno o más de estos signos:
1. respiración rítmica
2. vocalización mientras cuelgan del riel de desangrado
3. reflejos oculares en respuesta al tacto
4. pestañeo
5. reflejo de enderezamiento del lomo arqueado (Grandin 1994,
Gregory 1988)
Los animales deberán colgar
derechos del riel, y tener la cabeza floja. Los movimientos de las extremidades
deberán ser pasados por alto si la lengua cuelga hacia abajo y el animal está
definidamente insensible. Los movimientos de la boca son signos de la agonía
cerebral y no deberán ser tenidos en cuenta (Gregory 1988). Deberá tenerse
tolerancia cero para el colgado en el riel de desangrado de animales
despiertos, sin haberlos insensibilizado o en posición invertida.
4.
MEDICIÓN DE LOS RESBALONES Y CAÍDAS
Es imposible lograr un buen
nivel de bienestar animal, así como un manejo calmo y tranquilo, cuando los
animales resbalan o caen en el piso. Todas las áreas por donde los animales
caminen deberán contar con una superficie antideslizante. Se observará a los
animales durante todas las etapas del proceso, y si se observa que resbalan o
caen, se deberán tomar medidas para corregirlo. Los resbalones en las básculas,
las rampas de descarga y los cajones de insensibilización pueden ser evitados
mediante la instalación de una retícula de barras de hierro en el piso. Para
mejorar la adherencia de los pisos ya existentes, un buen método es aplicarles
una máquina surcadora para hormigón. Dado que los resultados de la Encuesta indicaron
que los mayores problemas de resbalones y caídas se presentaban en la zona de
la manga de insensibilización, la medición deberá hacerse allí.
Medición de resbalones y caídas en la zona de la manga de insensibilización. Incluye el cajón de insensibilización, la entrada del inmovilizador, la manga y el corral de encierro.
(Todas las especies. En
grandes plantas, medir al menos 50 animales)
Niveles de rendimiento para
asegurar el bienestar animal:
Excelente: sin
resbalones ni caídas
Aceptable: resbalones en
menos del 3% de los animales
No Aceptable: 1% de caídas
(el cuerpo toca el piso)
Problema Grave: 5% de caídas,
15% o más de resbalones
5.
MEDICIÓN DE LA VOCALIZACIÓN DEL GANADO
La vocalización es un
indicador de malestar animal. Dunn (1990) informó que una cantidad
significativamente mayor de animales vocalizaban cuando se los sujetaba en un
aparato inmovilizador que invertía su posición, respecto de los animales
sujetados en posición normal. Investigaciones preliminares de Bridget Voisinet
en el laboratorio de la autora en Colorado State University demuestran que la
cantidad de veces que el animal vocaliza en la zona de la manga de
insensibilización, sometidos a un manejo deliberadamente estresante, tiene una
relación directa con sus niveles de cortisol (la hormona del estrés) en la
sangre.
Según la Encuesta de 1996
(Grandin 1997), el porcentaje de animales que vocalizaban en la zona de la
manga de insensibilización variaba desde el 3% o menos, en las tres plantas con
mejor manejo, hasta el 12 y 32%, en las dos plantas con peor manejo. La
vocalización del ganado en esa zona se originaba en el uso de picanas
eléctricas, los resbalones en el cajón de insensibilización, yerros en la
aplicación del perno retráctil, o exceso de presión en el dispositivo
inmovilizador. Los resultados de dicha encuesta demostraban que las plantas que
exhibían altos porcentajes de vocalización en el ganado podían reducir
fácilmente sus puntajes. El promedio de vocalización de las dos plantas donde
se trataba más duramente al ganado bajó del 22% al 4,5% al reducirse el uso de
la picana eléctrica. La Encuesta de 1996 mostró claramente que el ganado rara
vez vocaliza durante el movimiento o la insensibilización, a menos que se lo
exponga a alguna circunstancia desagradable fácilmente observable. De un total
de 1125 animales observados, sólo 112 (10%) vocalizaron. De este total, sólo
hubo 2 casos en que la vocalización no respondía a un hecho desagradable, como
aplicaciones de picana eléctrica, resbalones, caídas, yerros en la aplicación
del insensibilizador o exceso de presión en el dispositivo inmovilizador. Otros
sucesos desagradables que pueden provocar vocalizaciones son los golpes con las
puertas o los pellizcos provocados por el dispositivo inmovilizador. Esto
demuestra que la vocalización es un indicador de malestar.
Niveles de rendimiento en la vocalización de los animales (en el corral de
encierro, manga, cajón de insensibilización o equipo inmovilizador):
(en grandes plantas, medir
al menos 100 animales)
Excelente: 0,5% o menos
del ganado vocaliza
Aceptable: 3% o menos
del ganado vocaliza
No Aceptable: 4 a 10% del
ganado vocaliza
Problema Grave: más de 10% del ganado
vocaliza
Cuando se evalúa la
vocalización, se deberán observar animales que provengan de más de un establecimiento
ganadero o corral de engorde. Para que la medición sea simple, cada animal
deberá ser clasificado como vocalizador o no-vocalizador. Las vocalizaciones
deberán ser registradas mientras los animales están en los lugares de medición.
Las vocalizaciones emitidas en los corrales generales no deberán ser contadas,
pues el ganado que espera en calma en los mismos frecuentemente se comunicará
entre sí por sonidos. En una planta, un lote de vacas Holstein hambrientas se
puso a mugir en dirección de un empleado que estaba echando aserrín en otro
corral, aparentemente porque lo confundió con alimento.
Observaciones en una planta
de faena de ovinos indican que es totalmente inútil tomar el nivel de
vocalización durante el proceso de faena como medida de problemas de manejo,
pues las ovejas vocalizaban entre ellas incluso cuando marchaban en calma a la
manga de inmovilización. Las ovejas que se frenaban y debían ser empujadas, en
cambio, no vocalizaban. Esta es una diferencia entre la especie bovina y la ovina.
Actualización
sobre vocalización bovina (al 1o de julio de 1999)
El aislamiento de un bovino de sus compañeros de manada es otro acontecimiento que puede estresar al animal y llevarlo a vocalizar. Este problema es común en plantas de faena muy pequeñas, con una velocidad lenta en la línea de faena. Para que no haya vocalización, el ganado bovino de cualquier categoría debe ser insensibilizado (o degollado, en el caso de la matanza ritual) inmediatamente después de entrado al dispositivo inmovilizador o al cajón de insensibilización. Datos recogidos en 1999 en 18 plantas de faena bovina indican que la mayoría puede conseguir un nivel aceptable de vocalización (3% o menos), pues 14 (78%) de ellas lo lograron. La principal causa de un alto porcentaje de vocalización era el uso excesivo de la picana eléctrica. Una mejor iluminación a la entrada del dispositivo de inmovilización, así como la remoción de elementos de distracción que frenaban a los animales, contribuyeron a reducir la vocalización porque disminuyeron la necesidad de usar la picana eléctrica. En una de las plantas que no aprobaron la evaluación, los altos porcentajes de vocalización se debían a que el dispositivo inmovilizador presentaba bordes rotos y filosos.
6.
MEDICION DE LA VOCALIZACION EN PORCINOS
Investigaciones realizadas
en plantas de faena de porcinos indican que la intensidad de los chillidos en
la zona de la manga de insensibilización se correlaciona con medidas
fisiológicas de estrés y con calidad inferior en la carne (Warts et al 1994).
Los chillidos fueron medidos con un medidor de sonido. White et al (1995)
también encontró que la intensidad de los chillidos de los cerdos se
correlaciona con el malestar.
Dado que es imposible
determinar chillidos individuales en los cerdos cuando se está manejando un
grupo, la medición individual de la vocalización sólo puede realizarse en el
dispositivo inmovilizador. La Encuesta de 1996 indicó que hay dos grandes
causales de vocalización en los porcinos: mala aplicación del insensibilizador
eléctrico y pellizcos del dispositivo inmovilizador. Los resultados de dicha
encuesta muestran que la vocalización de los cerdos, una vez inmovilizados,
variaba entre 0 y 14% de los animales. De un total relevado de 11 plantas, 8 de
ellas (72%) no tuvieron casos de chillidos por mala aplicación del
insensibilizador eléctrico. En dos plantas, entre el 2 y el 4% de los animales
chilló durante la insensibilización. Se debería estudiar la posibilidad de
utilizar medidores de nivel sonoro para monitorear la vocalización de porcinos
durante el proceso de faena.
Niveles de rendimiento en la vocalización de porcinos (en el dispositivo
inmovilizador o durante la insensibilización:
Excelente: sin
vocalización
Aceptable: hasta el 1%
de vocalización, sin que haya casos de mala aplicación del insensibilizador
No Aceptable: 2 a 5% de
vocalización, por cualquier causa
Problema Grave: 5% o más de
vocalización, por cualquier causa
Principios
de funcionamiento de los dispositivos inmovilizadores, para reducir el estrés y
bajar la vocalización
En diversas publicaciones,
la autora ha delineado los principios etológicos del manejo e inmovilización de
animales para provocarles bajo estrés (Grandin 1991, 1993, 1994, 1995, 1996).
Los porcinos y los bovinos deberían ingresar al dispositivo inmovilizador con
un mínimo de frenadas. La corrección de problemas en estos dispositivos también
contribuye a reducir magulladuras y defectos en la calidad de la carne, como
las manchas de sangre. Los principios básicos de la inmovilización con bajo estrés,
que minimizarán la vocalización y la agitación, son:
1. Para los bovinos,
bloquear la visión del animal con pantallas que le impidan ver gente u objetos
en movimiento mientras ingresan al dispositivo inmovilizador. Para tapar la
visión del animal en los inmovilizadores del tipo del cajón, instalar pantallas
metálicas alrededor de la cabeza del animal.
2. Bloquearle al animal la
visión de una ruta de escape, hasta que está completamente sujeto por el
dispositivo inmovilizador (Grandin 1991). Esto es especialmente importante en
las líneas transportadoras-inmovilizadoras. Es suficiente una cortina flexible,
del mismo material de las cintas transportadoras, al final de la línea. En este
tipo de líneas, los bovinos suelen agitarse cuando pueden ver una salida hacia
adelante, debajo de la tapa sujetadora, y sus patas traseras todavía no han
entrado a la rampa móvil. Si se prolonga hacia adelante la tapa sujetadora para que no se vea hacia afuera,
los animales se calmarán y la mayoría ingresará en calma a la línea
transportadora-inmovilizadora. Este tipo de sujetadores verticales cerrados
también puede ser beneficioso para los porcinos, cuando se usan líneas
transportadoras-inmovilizadoras.
3. Eliminar el siseo de los
aparatos de aire comprimido, y otras distracciones sonoras, como los chirridos
y los golpes. Véase la sección sobre distracciones.
4. El dispositivo
inmovilizador debe estar adecuadamente iluminado. Los animales no ingresarán a
un lugar oscuro, ni tampoco si los encandila el brillo directo de una luz. Para
reducir las detenciones al ingresar a la línea transportadora-inmovilizadora,
hay que instalar una luz sobre la entrada de la manga, de modo de iluminarla
sin encandilar a los animales mientras se acercan. Las luces que provengan de
abajo de la línea transportadora-inmovilizadora deben ser bloqueadas con un
falso piso para impedir que los animales retrocedan debido al efecto visual de
estar sobre un precipicio.
5. Proveer pisos
antideslizantes en los inmovilizadores del tipo del cajón. Las rampas de
entrada al transportador-inmovilizador deberán tener listones antideslizantes
en el piso. Los animales tienden a entrar en pánico cuando pierden pie.
6. En los dispositivos de
inmovilización, las piezas que presionan sobre el cuerpo del animal, que son
movidas por cilindros neumáticos o hidráulicos, deben cerrarse con un
movimiento lento y parejo. Los movimientos repentinos y espasmódicos ponen
nerviosos a los animales. En los equipos existentes, hay que instalar controles
de flujo que aseguren un movimiento suave y estable de las partes que sujetan
el cuerpo del animal.
7. Utilizar el concepto de
presión óptima. El dispositivo inmovilizador debe aplicar una presión tal que
el animal tenga la sensación de estar sujeto, evitando a una presión excesiva
que le cause dolor. Instalar un regulador de presión que reduzca el nivel
máximo que se pueda aplicar. Si el animal está completamente sostenido por el
dispositivo, se necesitará muy poca presión para inmovilizarlo. Si un animal
bala o chilla en respuesta directa a la aplicación de la presión, ésta deberá
ser reducida.
8. El dispositivo
inmovilizador deberá sostener completamente al animal, o bien tener un piso
antideslizante para que éste pueda mantenerse en pie sin resbalar. Los animales
entran en pánico si perciben que pueden caerse. Los dispositivos de
inmovilización deberían sujetar a los animales en una postura cómoda y derecha,
mientras no hayan sido insensibilizados.
9. Equipar los dispositivos
de inmovilización con controles que permitan al operador manejar el nivel de presión que está
aplicando. Animales de diferentes tamaños requerirán distintos niveles de
presión. Los sistemas hidráulicos o neumáticos deberían contar con controles que permitieran detener el
dispositivo aunque el cilindro esté en la mitad de su recorrido.
10. Nunca se deberá sujetar
a un animal en un dispositivo inmovilizador de cuello durante más de unos pocos
segundos. El animal inmovilizado con este método debería ser insensibilizado o
sacrificado ritualmente inmediatamente después de aplicado el dispositivo de
sujeción. La inmovilización de la cabeza es mucho más desagradable que la
sujeción del conjunto del cuerpo. Los animales pueden ser sujetados por más
tiempo en un inmovilizador cómodo aplicado a todo el cuerpo. Se deberá observar
la reacción del animal. Si éste vocaliza o lucha, es señal de que el
dispositivo le está causando malestar.
11. Los dispositivos de
inmovilización no deberán tener bordes filosos que lastimen al animal. Las
partes que entran en contacto con el animal deberán tener superficies suaves y
redondeadas, y estar diseñadas de modo tal que se eviten los puntos del cuerpo
donde la presión causará malestar.
12. En las líneas
transportadoras-inmovilizadoras laterales de paredes en V, ambos lados deberán
moverse a la misma velocidad.
Para concluir esta sección
sobre inmovilización del animal, en la mayoría de las plantas es posible
modificar los dispositivos existentes a fin de disminuir los puntajes de
vocalización y agitación. Las detenciones a la entrada de la línea también son
fáciles de reducir. La mayoría de las modificaciones necesarias para disminuir
la agitación y la vocalización de los animales pueden ser instaladas a un costo
mínimo. El costo estimado para modificar un sistema se ubica habitualmente
entre los US$ 200 y los US$ 2000.
7.
EMPLEO DE LA PICANA ELÉCTRICA
La reducción en el uso de
picanas eléctricas mejora el bienestar animal. Muchas plantas de faena bien
manejadas han eliminado las picanas eléctricas en los corrales de espera. La
Encuesta de 1996 demuestra que, en plantas de faena bovina que cuentan con
operarios bien capacitados, entre el 90 y el 95% de los animales podían ser
movilizados a través de todas las etapas de procesamiento en la planta sin
necesidad de la picana eléctrica. Las regulaciones del USDA (Departamento de
Agricultura de EE.UU.) requieren que el voltaje de las picanas eléctricas sea
de 50 voltios o menos. Una manera fácil de probar una picana eléctrica para
determinar si emite un choque demasiado fuerte es aplicarla a un animal durante
un segundo. Si hace que el animal vocalice, su voltaje debería ser aminorado.
No se deberían usar picanas cuya potencia alcance para voltear o paralizar al
animal. Y nunca se las debería aplicar en partes sensibles del animal, tales
como ojos, oídos, nariz o ano.
Niveles de rendimiento en el uso de la picana eléctrica en bovinos (según el
porcentaje de animales picaneados):
nivel |
corral de encierro y manga |
entrada al cajón de
insensibilización o al inmovilizador |
porcentaje de bovinos
picaneados |
excelente |
ninguno |
5% o menos |
5% o menos |
aceptable |
5% o menos |
20% o menos |
25% o menos |
problema serio |
--- |
--- |
50% o más |
Niveles de rendimiento en el uso de la picana eléctrica en porcinos:
nivel |
corral de encierro y manga |
entrada al inmovilizador |
porcentaje de cerdos
picaneados |
|
excelente |
ninguno |
10% o menos |
10% o menos |
|
aceptable |
--- |
--- |
25% o menos |
|
problema serio (debe ser corregido) |
--- |
--- |
80% o más |
|
Nota importante: las picanas
eléctricas jamás deberán ser aplicadas a los ovinos.
Recomendaciones
de manejo para reducir el uso de la picana eléctrica y mantener la eficiencia
en el trabajo
1. Remover elementos de
distracción que provoquen detenciones en los animales que avanzan, tales como
siseos de los aparatos de aire comprimido, sombras, reflejos de metales
brillantes, corrientes de aire de ventilación sobre sus caras, movimientos de
personas o dispositivos mecánicos delante de los animales. Se recomienda
meterse en las mangas y mirar qué cosas pueden hacer que los animales se
detengan. Instalar pantallas o tiras del material de las cintas
transportadoras, para evitar que los animales vean movimientos adelante a
medida que se acercan al inmovilizador o al cajón de insensibilización. A
veces, los reflejos pueden ser eliminados cambiando las luces de lugar. Las
corrientes de aire de ventilación que soplan sobre la manga contra los animales
que avanzan pueden hacer imposible disminuir el uso de la picana eléctrica, de
modo que puede ser necesario corregir el sistema de ventilación de la planta.
2. Proveer una iluminación
adecuada. Los animales pueden rehusarse a entrar a un lugar oscuro. Se puede
facilitar la entrada al inmovilizador apuntando la luz hacia adelante. La luz
NO deberá encandilar a los
animales que se acercan. Puede ser difícil hacer que los animales salgan de un
corral de encierro muy iluminado por la luz solar y entren a una manga que está
dentro de un edificio cerrado. Los problemas de iluminación pueden hacer casi
imposible el manejo calmo del ganado. Otro problema habitual con la iluminación
es que un sistema de manejo puede funcionar bien cuando las luces son nuevas,
pero los animales se detendrán cada vez más, a medida que se van opacando con
el tiempo. Experimentar con lámparas portátiles para encontrar qué iluminación
es más eficaz. Los animales también pueden detenerse ante los reflejos de luces
en superficies metálicas, o ante el
brillo del agua en el piso. A menudo, los reflejos desaparecen cuando se
cambian las luces de lugar.
3. Reducir el ruido. Los animales
son muy sensibles a los ruidos agudos. La reducción de los sonidos agudos de
motores o de sistemas hidráulicos mejora el movimiento de los animales. Los
chirridos y golpes metálicos deben ser corregidos, y el siseo del aire
comprimido debe ser asordinado.
4. Mover grupos pequeños.
Cuando se maneja ganado bovino y porcino, el corral de encierro y las zonas de
preparación que conducen al mismo nunca deberían ser llenados a más de 3/4 de
su capacidad. Lo mejor es llenarlos por la mitad. No hay que empujar los
portones giratorios para apretar a los animales: los bovinos y los porcinos
necesitan espacio para darse vuelta. En el caso de los ovinos, se pueden mover
grupos grandes, y el corral de encierro puede ser llenado por completo.
5. Utilizar otros
instrumentos para mover a los animales. Las picanas eléctricas deberían ser
sustituidas, en lo posible, por otros instrumentos como paletas de plástico,
varillas con un banderín, o paneles en el caso de los porcinos. Los animales
deberían moverse fácilmente, y los operarios no deberían golpearlos. Los
bovinos y porcinos pueden ser movidos a lo largo de las mangas si el operario
camina hacia atrás, pasando a su lado en sentido contrario al que se desea en
los animales.
6. Problemas con animales
excitables. Hay algunos animales que tienen un temperamento muy excitable y son
difíciles de llevar. Algunos cerdos y vacunos magros son muy excitables. Estos
animales tenderán a tener altos niveles de vocalización. La dirección de las
plantas de faena deberá trabajar con los productores para resolver este
problema. Los cerdos de genética excitable pueden ser más fáciles de manejar en
la planta de faena si durante el engorde quienes los manejan caminan
diariamente dentro de los corrales. Esto acostumbra a los cerdos excitables al
trato humano. Los productores deberían ser instados a producir animales que
sean razonablemente fáciles de manejar.
8.
ANIMALES SIN CAPACIDAD AMBULATORIA
Cada planta deberá elaborar
pautas y procedimientos escritos para el manejo humanitario de animales que no
tienen capacidad ambulatoria. El arrastre de animales caídos capaces de sentir
es una violación a las regulaciones de la Ley Federal sobre Matanza Humanitaria
(1978). Los animales caídos pueden ser arrastrados si ya se los ha insensibilizado.
Si se utiliza un montacargas frontal para transportar porcinos u ovinos caídos,
hay que hacer rodar al animal hacia adentro de la pala. Esto requiere de dos
personas, a menos que el montacargas tenga una pala especial con tapa: una
persona maneja el cargador y la otra hace rodar al animal hacia adentro de la
pala. La carga de animales caídos dentro de la pala empujándolos contra una
pared o cerco no es aceptable. El uso de horquillas de levante hidráulico,
metiéndolas bajo el animal caído, no es un método aceptable para cargarlos. El
AMI (Instituto Norteamericano de la Carne) y el USDA (Departamento de
Agricultura de EE.UU.) deberán elaborar métodos seguros para la inspección de
los animales que llegan caídos en los camiones, de manera que no sea necesario
retirarlos del transporte antes de efectuarle la inspección ante-mortem. El
bienestar animal mejoraría notablemente, porque los animales caídos podrían ser
insensibilizados dentro del camión. El personal de las plantas debería elaborar
procedimientos que ayuden a reducir la frecuencia de animales no-ambulatorios
en las instalaciones. El uso de pisos antideslizantes es esencial. La actividad
de montarse y las peleas entre animales pueden causar lesiones. Este problema
es típico en toros y cerdos padres. Cuando los toros montan a otros animales,
se los deberá retirar a otro corral. La monta por los toros es una causa
frecuente de contusiones y de lesiones que inmovilizan a las vacas.
La
matanza ritual
Los bovinos adultos, los
terneros, los ovinos y otros animales que van a ser faenados ritualmente sin
previa insensibilización deberían ser inmovilizados en posición vertical y
cómoda.
Los animales pequeños, tales
como las ovejas y las cabras, pueden ser sujetados manualmente por una persona
durante la matanza ritual. Las plantas que realizan matanzas rituales deberían
usar los mismos procedimientos de medición aquí recomendados. Los puntajes
referidos a la insensibilización serán omitidos en las plantas que faenan
ritualmente sin previa insensibilización. En bovinos, los porcentajes de
vocalización deberían ser 5% o menos del total en el corral de encierro, manga
y dispositivo inmovilizador. Se acepta un porcentaje de vocalización levemente
superior porque el animal debe ser sujetado durante más tiempo en el dispositivo
inmovilizador, en comparación con la matanza convencional. El porcentaje de
vocalización de 5% o menos puede ser alcanzado fácilmente. Los niveles de
rendimiento para el uso de picanas eléctricas y para resbalones deberían ser
idénticos a los de la faena convencional.
Densidad
en los corrales
Los corrales deberán ser
llenados conforme a las pautas del AMI (Instituto Norteamericano de la
Carne)(Grandin 1991a).
Todos los animales deben
tener espacio para echarse. Todos los animales deben tener acceso a agua de
bebida.
Mantenimiento
Corrales, calles, mangas,
inmovilizadores y todo otro equipamiento deben ser mantenidos limpios y bien
conservados. Deben estar libres de salientes que puedan lesionar a los
animales.
Conclusión
Se puede alcanzar un nivel
aceptable de bienestar animal si las mediciones en los puntos críticos de
control referidos a la aplicación del insensibilizador, la insensibilidad del
animal, los resbalones y caídas, la vocalización y el uso de la picana
eléctrica están en el rango de lo aceptable. El desempeño dentro de estos
valores es simple y fácil de alcanzar en condiciones comerciales de trabajo. El
equipo de insensibilización eléctrica debe tener los parámetros de amperaje,
voltaje y frecuencia que han sido comprobados para la inducción confiable de la
insensibilidad, ya sea a través de registros eléctricos o de neurotransmisores
cerebrales.
Finalmente, los gerentes de
las plantas de faena deben estar comprometidos con el bienestar animal.
Aquellas plantas cuyos gerentes insisten en el uso de buenas prácticas de
manejo y de insensibilización, alcanzan un manejo que asegura que el personal
trabaje correctamente con los animales, tanto en el movimiento como en la
faena.
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