Efecto de las auditorías de bienestar animal en
plantas de faena
por parte de una gran
empresa de comidas rápidas
Por Temple Grandin, Ph.D.
Departamento de Ciencia
Animal
Colorado
State University
Fort Collins, Colorado 80523-1171
Publicado
en Journal of the American Veterinary
Medical Association,
Vol. 216, No. 6
(15 de marzo de 2000), pp. 848-851. La autora agradece
el apoyo de
McDonald’s Corporation y su equipo de HACCP.
Traducción del Dr. Marcos
Giménez-Zapiola
Objetivo:
Determinar
el porcentaje de animales que son noqueados correctamente y que vocalizan (balan o
mugen) cuando un gran cliente comprador de carne realiza auditorías en
las plantas de faena.
Diseño: Registro de las prácticas
habituales.
Muestra
del estudio: 22 plantas de
faena bajo inspección federal (USDA).
Procedimiento:
Las
tres variables evaluadas en cada planta fueron la eficacia en el noqueo, la
insensibilidad en el riel de desangrado y la vocalización.
Resultados: Del total de 22 plantas, 17
(77%) lograban el 95% o más de animales noqueados con un solo disparo de la
pistola de perno retráctil. Veinte plantas (91%) alcanzaban el 100% de animales
completamente insensibles antes de colgarlos del riel de desangrado. Dieciocho
de 21 plantas (86%) tenían niveles de vocalización del ganado de 3% o menos. El
promedio de vocalización en todas las plantas fue 3,08%, con un rango de 0,66 a
17%.
Conclusiones: Los resultados del estudio indican que las auditorías a las plantas de faena por parte de los grandes compradores pueden motivar a la industria de la carne a mejorar sus prácticas de manejo y noqueo.
Existe una creciente
preocupación pública por el bienestar animal. Durante un viaje por Europa, la
autora tomó conocimiento de que varias grandes cadenas de supermercados están
haciendo auditorías a sus proveedores de carne para asegurarse de que cumplen
con las reglamentaciones sobre matanza humanitaria. Hasta hace poco tiempo, no
se hacía este tipo de auditorías en las plantas de faena de EE.UU. El 5 de
febrero de 1999, el Instituto Norteamericano de la Carne (American Meat Institute), con el apoyo de un fondo de McDonald’s
Corporation, organizó un encuentro en Kansas City con el objeto de enseñar a
los representantes de la industria las pautas desarrolladas por ese instituto
para el manejo y el noqueo. En esta reunión, se presentó a los representantes
de las industrias de la carne y de las comidas rápidas un sistema objetivo de
calificación de las prácticas de manejo y de noqueo.1, 2 Un representante de McDonald’s Corporation
anunció que su equipo de puntos críticos de control para el análisis de riesgos
(HACCP), que hace auditorías de seguridad alimentaria a sus plantas
proveedoras, trabajaría con la autora
para agregar a su programa la auditoría del manejo y el noqueo de los animales.
La compañía Wendy’s International, Inc., también comenzó a auditar a sus
proveedores en estos aspectos.
En un estudio de plantas de
faena dirigido por la autora en 1996 para el Departamento de Agricultura de
EE.UU. (USDA), la magnitud de los problemas encontrados fue sorprendente,
teniendo en cuenta que todas las plantas inspeccionadas tuvieron un preaviso de
varias semanas. En esa oportunidad, sólo 3 plantas de un total de 10 lograban
insensibilizar el 95% o más de los animales con un solo disparo de la pistola
de perno retráctil.2 Una
planta de faena de terneros inspeccionada para ese estudio, que tenía una
efectividad del 100% en el primero disparo, no fue incluída en el cálculo del
promedio general de eficacia en el primer disparo. En una de las plantas, los
empleados paralizaban a los animales con picanas eléctricas para poder
noquearlos, y en otra, el capataz de la sala de matanza picaneaba excesivamente
a los animales, y el dispositivo inmovilizador los apretaba demasiado. Esto
daba como resultado un nivel de vocalización (mugidos y balidos) que afectaba
al 32% de los animales. De las 7 plantas de faena estudiadas en 1996, sólo 3
alcanzaban puntajes de vocalización del 3% o menos de los animales. Cada planta
fue visitada una sola vez en 1996 debido a restricciones de tiempo y
presupuesto. El propósito de este estudio es determinar los porcentajes de
animales que son noqueados correctamente y que vocalizan una vez que un gran
comprador de carne (es decir, McDonald’s Corp.) realiza auditorías a sus plantas
proveedoras.
Materiales
y métodos
Los métodos de auditoría
utilizados en este estudio fueron similares a los del estudio realizado en 1996
para el USDA.3 Tanto en las auditorías de 1999 como en el estudio de
1996, las visitas a las plantas de faena fueron anunciadas con varias semanas
de anticipación. Las visitas sin anuncio previo podían terminar en negativas a
la entrada o en la ausencia del personal directivo clave. En este estudio, las
auditorías de bienestar animal se combinaron con las de seguridad alimentaria
mediante el HACCP, para economizar tiempo y costos. Esto permitió asegurar que
los gerentes a cargo de los temas claves de control de calidad estuvieran
presentes, para examinar los registros de HACCP.
Durante la primera mitad de
1999, se hicieron auditorías de una única visita a 22 plantas de faena. Quince
de ellas faenaban novillos y vaquillonas engordadas a corral, y las otras 7
faenaban vacas de campo. La autora visitó juntamente con el equipo de HACCP 14
de estas 22 plantas, que estaban en las inmediaciones de 4 ciudades de las
principales zonas de engorde a corral de Kansas, Texas y Nebraska. Durante
estas visitas, la autora recogió datos y entrenó a los integrantes del equipo
de HACCP. Otras 5 plantas de Kansas, Texas y Wisconsin fueron auditadas por uno
de los miembros de este equipo. Las otras 3 plantas, situadas en Colorado y en Pennsylvania, fueron auditadas por la
autora. De las 22 plantas auditadas, 13 (59%) tenían velocidades de cadena (es decir,
ritmos de faena) de 300 o más cabezas por hora; 6 (27%) tenían velocidades de
101 a 299 cabezas por hora, y las 3 restantes (14%), de 100 cabezas o menos por
hora. El estudio incluyó a todas las plantas que faenan más de 300 cabezas por
hora del país, con una sola excepción. La visita a esta planta fue cancelada
por razones de programación. Las plantas de faena auditadas son representativas
de la gran industria de la carne, pero quizás no tanto de las plantas de faena
de vacas, porque no se cubrió las regiones de la costa oeste y del sudeste del
país. Debido a las agendas de viaje sobrecargadas de la autora y de los
miembros del equipo de HACCP, 22 plantas fueron la cantidad máxima que se pudo
auditar. La autora no determinó el itinerario ni eligió las plantas auditadas.
En todas las plantas con
cadenas de matanza de menos de 100 cabezas por hora, se recogieron datos de 100
a 300 animales, según la velocidad de la faena. Los datos se recolectaron en
bloques de 100, 200 o 300 animales. En las tres plantas más pequeñas, cuyas
cadenas de faena promediaron 65 cabezas por hora, se recogieron datos sobre 50
animales. Los animales fueron
calificados por sí o por no en tres variables, usando los mismos métodos del
estudio de 1996.2 Esta escala sí/no fue adoptada para evitar sesgos
basados en la intensidad del malestar animal. Las tres variables fueron el
porcentaje de animales insensibilizados con un solo disparo de la pistola de
noqueo de perno retráctil, el porcentaje de animales insensibles al colgar del
gancho de desangrado, y el porcentaje de animales que vocalizaron durante el
movimiento y el noqueo. La efectividad del primer disparo y la insensibilidad
en el gancho fueron consideradas por separado, pues a veces el animal parece
haber sido correctamente noqueado pero exhibir señales de recuperar la
sensibilidad en el riel de desangrado. Los animales fueron considerados como
sensibles en el gancho si se observaba cualquiera de los siguientes signos:
reflejos oculares en respuesta al tacto, pestañeo, reflejo de enderezarse,
vocalización o respiración rítmica. Durante el movimiento y el noqueo, cada
animal fue clasificado como vocalizador o no vocalizador, sin importar si
estaba en el corral de encierro, la manga de una sola fila, el cajón de noqueo
o el inmovilizador. La persona que recogía los datos sobre vocalización estaba
ubicada en una posición cercana al cajón de noqueo o a la entrada del
inmovilizador.
Resultados
Del total de 22 plantas, 17
(77%) noqueaban al 95% o más de los animales con un solo disparo de la pistola
de noqueo de perno retráctil. El promedio de eficacia en el primer disparo fue
de 94,3%. Dos plantas de faena tuvieron promedios de eficacia bajos, de 77 y
72% en el primer disparo. Si se excluyen los resultados de estas dos plantas
con bajos rendimientos, el promedio general de eficacia en el primer disparo
sube a 96,6%. Las tres plantas con mejores puntajes tuvieron una eficacia del
100, 99 y 99%.
Las dos plantas de bajo
puntaje arriba mencionadas utilizaban pistolas neumáticas que no tenían un
mantenimiento adecuado. Otra planta, cuya eficacia en el primer disparo era del
94%, tenía una falla en el gatillo de la pistola neumática de noqueo. Dos
plantas con puntajes inferiores al 95% intentaban noquear 390 cabezas por hora
con un solo operario, lo que no le daba tiempo suficiente para apuntar la
pistola neumática. Una planta que faenaba 390 cabezas por hora logró un 95% de
eficacia en el primer disparo empleando a dos personas que usaban pistolas de
noqueo de perno retráctil activadas por cartuchos. Una planta que faenaba 330 cabezas
por hora pudo alcanzar una eficacia del 95% en el primer disparo con un solo
operario, usando una pistola nueva de perno penetrante que no inyecta aire en
el cerebro del animal. La inyección de aire es motivo de preocupación en cuanto
a la seguridad alimentaria, debido a las partículas cerebrales que pueden
trasladarse al corazón u otras partes del cuerpo.4
En las 17 plantas donde la
autora recolectó información (14 con el equipo de HACCP y 3 ella sola), se
tabuló la información sobre el tipo de pistolas de noqueo de perno retráctil.
En 5 de ellas se usaron pistolas activadas a cartucho, y todas ellas lograron
95% o más de eficacia en el primer disparo, con un promedio conjunto de 97,2%.
En las 12 restantes, que usaban pistolas neumáticas, el promedio de eficacia en
el primer disparo fue 92,4%, aunque 7 de ellas lograron puntajes de 95% o más.
La mayoría de las plantas de faena han dejado de utilizar pistolas neumáticas
que inyectan aire en el cerebro, pero 2 de estas 12 plantas todavía las usan.
Veinte plantas (91%) del
total de 22 lograban un 100% de animales completamente insensibles en el riel
de desangrado. En una de las 2 plantas donde hubo animales sensibles en el
gancho, había una sola persona matando 390 cabezas por hora. En la otra, La
pistola neumática había sido mantenida de acuerdo con las especificaciones de
fábrica, pero no impulsaba el perno retráctil con fuerza suficiente. La pistola
no rebotaba ni golpeaba hacia atrás al dispararla. Un animal tuvo el reflejo de
enderezarse, aún cuando había sido correctamente insensibilizado. Es probable
que esto se debiera a que el trépano cilíndrico se había desgastado.
De un total de 21 plantas,
18 (86%) alcanzaron puntajes de 3% o menos de animales que vocalizaban. El
promedio de vocalización para todas las plantas fue de 3,08%. Los puntajes
variaron entre 0,66 y 17%. Diez plantas sobre 21 (48%) tuvieron
porcentajes del 1% o menos. Cuatro
plantas tuvieron puntajes altos, del 7, el 8, el 12 y el 17%. No se recogió
este dato en una planta, pero la autora estima que el puntaje de vocalización
estaba entre el 2 y el 3%. En la planta que tuvo el 8% de vocalización, el
ganado se rehusaba a ingresar a una manga de inmovilización oscura, y se
empleaba una picana eléctrica para forzarlo a entrar. Se tomaron datos de esta
planta luego de instalar una lámpara que iluminara la entrada de la manga, y la
vocalización bajó a cero, porque no había necesidad de picanear a los animales
para que entraran. La iluminación de la entrada de una línea de transporte e
inmovilización suele facilitar el ingreso.5,6 En las plantas con 12 y 17% de animales que vocalizaban,
los animales retrocedían debido al “efecto visual de precipicio”, pues podían
ver a través de la base del transportador, que estaba a más de 3 metros del
piso. Un falso piso reducirá el retroceso de los animales, pues les genera la
ilusión de que tienen donde apoyarse aunque sus pezuñas estén en el aire una
vez que están montados en el transportador. En la otra planta de mucha
vocalización (7%), el inmovilizador tenía piezas rotas de bordes filosos que se
hincaban en los animales, y además se les aplicaba al máximo una picana
eléctrica de intensidad variable. Una vez que se bajó la intensidad, se
auditaron 100 animales más y el total de vocalización bajó del 7 al 2,5%. Este
porcentaje remanente parecía estar respondiendo a los bordes rotos y filosos
del dispositivo de inmovilización. En las dos plantas donde se midieron dos
veces los porcentajes de vocalización, se utilizaron los porcentajes iniciales
para el cálculo del promedio general. No se pudo hacer una segunda medición en
las plantas con 12 y 17% de vocalización, porque no hubo tiempo de instalar un
piso falso en el transportador durante el tiempo limitado de la auditoría.
En las 17 plantas de faena
en que la autora recolectó los datos (14 con el equipo de HACCP y 3 sola), los
puntajes promedio fueron como sigue: eficacia del primer disparo de noqueo,
93,8%; insensibilidad en el riel de desangrado, 91%; vocalización, 2,73%. En
las 5 plantas donde solamente un miembro del equipo de HACCP recolectó los
datos, los puntajes promedio fueron: eficacia del primer disparo de noqueo,
98,4%; insensibilidad en el riel de desangrado, 100%; vocalización, 4,2%. Un
miembro del equipo de HACCP auditoreó él solo 3 plantas pequeñas y 2 medianas.
La autora auditoreó todas las plantas con velocidades de cadena de más de 300
cabezas por hora.
Discusión
En el estudio de 1996, se
midieron 6 variables: la insensibilidad en el riel de desangrado, la eficacia
del primer disparo de noqueo, la vocalización, el uso de la picana eléctrica,
las caídas y los resbalones.2 En las auditorías de 1999, sólo se
midieron tres variables: insensibilidad en el riel de desangrado, eficacia del
primer disparo de noqueo y vocalización. Los procedimientos utilizados para
recolectar los datos fueron los mismos en ambas mediciones.
El equipo de HACCP
necesitaba contar con un procedimiento simplificado de auditoría de bienestar
animal, que pudiera ser llevado a cabo en alrededor de 2 horas, conjuntamente
con la auditoría del HACCP para la seguridad alimentaria. El puntaje en la
vocalización parece ser un indicador sensible de problemas de manejo y estrés
severo. Los resultados de otra investigación indican que el porcentaje de
animales que vocalizan aumenta en respuesta al uso de la picana eléctrica, el
exceso de presión del mecanismo inmovilizador, los resbalones y caídas, y los
yerros en el noqueo.2,7 El porcentaje de vocalización también
aumenta cuando se pone a los animales patas para arriba o se los marca, y se
correlaciona con el aumento de las concentraciones de cortisol en la sangre.8
La marca con hierros al rojo provoca un porcentaje significativamente mayor de
animales que vocalizan, que la marca fría o la inmovilización en la manga de
compresión.9 Existen evidencias de que ciertos tipos genéticos de
ganado Holstein y Angus vocalizan más que otros tipos de las mismas razas. a, b Si bien algunos tipos de
ganado son más propensos a vocalizar, en el estudio que aquí se expone, todas
las plantas de faena que reducían al mínimo el uso de la picana eléctrica y que
arreaban el ganado en calma tuvieron puntajes de 3% o menos, lo que satisface
las recomendaciones del Instituto Norteamericano de la Carne (American Meat Institute).1
Las observaciones realizadas
por la autora en el estudio de 1996 y las auditorías de 1999 indican que hay
más variación entre las plantas de faena en la intensidad de los choques
eléctricos de las picanas que en la tendencia del ganado a vocalizar. En
algunas de las plantas observadas en 1996 había picanas eléctricas de
fabricación casera que hacían vocalizar a casi todos los animales, y en otro
caso, las picanas eran tan débiles que no provocaban vocalización, y los
ganados casi no reaccionaban. Uno de los problemas de medir el uso de la picana
eléctrica en el ganado es que suele ser difícil determinar si un animal recibió
efectivamente un choque. Esto es especialmente difícil cuando se operan picanas
a batería, en las que hay que oprimir un botón. La medición de la vocalización
es mucho más fácil, porque se clasifica al animal como vocalizador si se le
escucha cualquier vocalización mientras está en la zona de noqueo, no importa
su intensidad. Los puntajes de vocalización suelen reflejar problemas con
bordes filosos, presión excesiva del dispositivo inmovilizador, y resbalones o
caídas. Los resultados del estudio de 1996 y de las auditorías de 1999 indican
claramente que los puntajes de vocalización disminuyen cuando se reduce el uso
de la picana eléctrica.2,3,7
Dadas las diferencias entre
las plantas incluídas en el estudio de 1996 y las auditorías de 1999, no fue
posible hacer comparaciones estadísticamente válidas entre los datos de ambas
mediciones. El estudio de 1996 incluyó un porcentaje más alto de plantas de
faena pequeñas. De las 10 plantas visitadas ese año, 2 eran grandes, con
velocidades de cadena de más de 300 cabezas por hora, 3 eran medianas y 5 eran
pequeñas, con velocidades de cadena de menos de 100 cabezas por hora. Las
auditorías de 1999 incluyeron más plantas grandes, y sus resultados pueden
haber sido afectados debido a que las realizaba una gran empresa compradora de
carne en vez del USDA.
Hay indicaciones de que la
industria ha hecho mejoras significativas desde 1996. Dos grandes plantas de
faena, con velocidades de cadena de más de 300 cabezas por hora, fueron
visitadas en 1996 y 1999. En ambas, la eficacia del primer disparo de noqueo
mejoró, pasando del 85 al 97% en un caso y del 88 al 95% en el otro. En ambas
mediciones, todos los animales estaban insensibilizados en el riel de
desangrado. La principal causa de la mejora había sido la incorporación de
manijas de diseño ergonómico, que facilitaban al operador la colocación de la
pesada pistola neumática. Las tres plantas pequeñas de faena de vacas visitadas
en 1999 tuvieron más eficacia en el primer disparo de noqueo que las 5 plantas
pequeñas comparables visitadas en 1996. En 1999, estas plantas tuvieron niveles
de eficacia del primer disparo de noqueo del 96, 97 y 99%, y puntajes de
vocalización del 2, 2 y 0%. Todos los animales estaban insensibilizados en el
riel de desangrado. Las 5 plantas pequeñas visitadas en 1996 tuvieron una
eficacia en el primer disparo de noqueo del 80, 86, 86, 88 y 91%. En una de
ellas, hubo un animal completamente sensible colgado del riel de desangrado.
Los puntajes de vocalización de 4 de las plantas más pequeñas de 1996 fueron
32, 12, 6,6 y 1%. No se recolectaron los puntajes de vocalización en una planta
pequeña que faenaba animales caídos, porque se los insensibilizaba antes de trasladarlos
al lugar de la faena.
Otro gran indicador de
mejoría en la industria desde 1966 es el reemplazo de las picanas eléctricas
por otros instrumentos de arreo, tales como banderas, bolsas plásticas y
varillas con banderines plásticos en las puntas. La práctica de la autora como
consultora permitió comprobar que 6 de las plantas auditadas en 1999, que antes
recurrían insistentemente a la picana eléctrica, las habían reemplazado por
otros instrumentos de arreo. Entre los que se observaron, había bolsas plásticas
llenas de papel arrugado, banderas y bolsas infladas. Dos plantas de faena
auditadas en 1999 habían realizado amplias experimentaciones con la
iluminación, para reducir las frenadas a la entrada del cajón de noqueo. En una
de ellas, el 96% de los animales entraba voluntariamente al cajón de noqueo
cuando se les abría la puerta.
Luego de las auditorías de
1999, una gran planta de faena que tenía deficiencias en las prácticas de
manejo e insensibilización fue retirada de la lista de proveedores aprobados de
McDonald’s Corporation. El personal directivo de las otras plantas parecía
tomar en serio las auditorías, y han corregido la mayoría de las deficiencias.
Las dos plantas en las que se hallaron animales mal insensibilizados en el riel
de desangrado posiblemente necesiten auditorías sorpresivas para forzarlas a
mejorar. Sin embargo, las auditorías anunciadas parecen ser efectivas en la
mayoría de las plantas. Muchas empresas procesadoras de carne están haciendo
sus propias auditorías internas respecto de la eficacia del primer disparo de
noqueo, la insensibilidad en el riel de desangrado y la vocalización. Los
gerentes de plantas de faena han informado que las auditorías sobre las
prácticas de manejo e insensibilización han reducido la cantidad de contusiones
en las carcasas y de animales caídos en la manga. Para mantener estándares
elevados, las prácticas de manejo y noqueo deben ser auditadas de manera
metódica. La gente maneja las cosas que mide.
A lo largo de 27 años de
carrera en el diseño de sistemas de inmovilización y de mangas para plantas de
faena, la autora ha observado que las prácticas de manejo y noqueo suelen
deteriorarse pocos meses después de haberse implantado un nuevo sistema, debido
a que la gerencia dejaba de seguir de cerca su funcionamiento. Parte de este
programa que está poniendo en práctica McDonald’s Corporation es hacer que las
plantas de faena hagan auditorías internas sobre el bienestar animal.
Durante la primera mitad de
1999, la autora ha observado un aumento en el compromiso de los gerentes de
plantas de faena con el bienestar animal, que no había percibido hasta
entonces. Durante la segunda mitad de 1999, después de que este informe fue
aceptado para su publicación, se hicieron auditorías en otras 19 plantas de
faena ubicadas en 11 estados. De ellas, 18 alcanzaron el 95% o más de eficacia
en el primer intento de noqueo con la pistola de perno retráctil. Las 19
plantas lograban insensibilizar el 100% de los animales antes de colgarlos del
riel de desangrado. Ninguna de ellas operaba a una velocidad de cadena de 390
cabezas por hora. Además, a fines de 1999, todas las plantas habían eliminado
el uso de pistolas de noqueo por inyección de aire. Estas observaciones, así
como los resultados de este estudio, indican que cuando los grandes compradores
de carne, como McDonald’s Corporation o Wendy’s International, Inc., comienzan
a monitorear el bienestar animal, la gerencia de las plantas de faena se toma
el asunto más en serio.
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a Jane Morrigan, Department of Animal Science, Agricultural College,
Atlantic University, Truro, Nova Scotia, Canadá: Comunicación personal.
b Joe Stookey, College of Veterinary Medicine, University of
Saskatchewan, Saskatoon, SK, Canadá: Comunicación personal, 1999.
________________________________________________________________________
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